El ídolo pop sorprendió al mundo con Swag, su primer álbum en cuatro años, y según la revista Rolling Stone, no solo es el mejor trabajo de su carrera, sino también uno de los regresos más extraños e impresionantes en la historia del pop reciente.
Lejos de seguir fórmulas seguras, Swag se presenta como un proyecto ambicioso, crudo y personal. Con colaboraciones inesperadas como Dijon, Mk.gee, Sexyy Red, Cash Cobain y hasta Lil B, Bieber explora sonidos experimentales, guitarras acústicas de baja fidelidad y confesiones emocionales que lo acercan más que nunca a su audiencia.
Aunque el álbum debutó en el #2 del ranking global —detrás de Travis Scott— rompió su récord personal en streaming, demostrando que su poder de convocatoria sigue intacto. En medio de un año lleno de controversias, especulaciones sobre su salud mental, problemas personales y una agitada vida pública, Bieber logró canalizar toda esa intensidad en música honesta, humana y sorprendente.
Rolling Stone compara este momento con el resurgimiento de Britney Spears en 2007 con Blackout: un disco que emergió desde el caos para convertirse en un hito cultural. En el caso de Bieber, Swag es más que un álbum: es una declaración de independencia, una carta abierta sobre sus luchas y un grito de redención.
Entre sus canciones más comentadas está “Butterflies”, con la participación inesperada de los Smashing Pumpkins, “Go Baby”, un homenaje pop a su esposa Hailey Bieber, y “Zuma House”, un demo acústico grabado al estilo Neil Young. El álbum también incluye diálogos con el comediante Druski, quien hace el papel de su terapeuta, agregando un tono irónico y humano a sus confesiones más profundas.
Lejos de su imagen juvenil y del brillo artificial de la industria, Justin Bieber muestra ahora a un hombre adulto, padre, vulnerable y valiente. Como señala la revista: “Swag supera a Purpose”, y marca un nuevo capítulo en la carrera del canadiense que, a sus 31 años, demuestra que todavía tiene mucho por decir.
“No es solo un comeback, es una transformación artística”, concluye Rolling Stone. Y Bieber lo deja claro: su historia está lejos de terminar.
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