Su presencia en el cartel —el único rumor no confirmado antes del anuncio oficial— se interpreta como la consolidación de su reciente reinvención artística y de la reorganización de su círculo más cercano.
El medio especializado asegura que, tras su imponente show en el desierto, Bieber estaría planeando entre seis y diez conciertos en estadios, aunque no se han especificado las ciudades ni los países donde se realizarán.
A diferencia de otras ocasiones, la gestión de este proyecto corre a cargo de la Bieber Family Office en alianza con AEG, lo que le permitió al artista ahorrarse cerca de 3 millones de dólares en comisiones solo con la fecha del festival. Este movimiento confirma la estrategia de mantener el control dentro de su entorno más íntimo, maximizando beneficios y reduciendo la dependencia de agencias externas.
Con Coachella como punto de partida, el futuro inmediato de Justin Bieber apunta a una agenda de estadios que promete convertirse en uno de los eventos más esperados de la temporada.
Fuente: Hits Daily Double
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